jueves, 5 de octubre de 2023

HOLA Y HASTA PRONTO

 


A finales del recién pasado mes de septiembre, Maika y Agustín nos anunciaban con pesar el cierre de su milonga La Experimental en aras a la necesidad de abordar nuevos ilusionantes proyectos. A los tangueros valencianos y de otros muchos lugares que cada mes nos pasábamos a compartir cálidos abrazos en esta entrañable milonga nos sorprendió y llenó de desazón, sólo paliado por saber que otros proyectos ocuparían su lugar y que sin duda permitirían a Agustín y Maika seguir trabajando para el bien del Tango valenciano. También al saber que no consideraban este cierre un adiós definitivo sino un paréntesis en La Experimental con la intención de regresar tan pronto les fuera posible.  Pronto las redes se llenaron de sentidos deseos de éxito, y manifestaciones de pesar por el cierre de este lugar mágico, lleno de familiaridad y de encanto que tantos momentos felices nos ha proporcionado. Luis Orlando rememoraba la extensa galería fotográfica que ha reflejado esos momentos a lo largo de los siete largos años que hemos disfrutado de su actividad.

Maika y Agustín han sido unos anfitriones estupendos para todos nosotros, llenos de empatía con todos los que subíamos emocionados los escalones al primer piso. Han preparado con esmero el escenario, la distribución, las sabrosas empanadas y dulces argentinos, la luz cálida de la sala, las rifas, la elección de los musicalizadores que nos incitaban a bailar sin parar en cada milonga, el anuncio que los organizadores de eventos nos transmitían cada sesión. Y allí nos encontrábamos, nos abrazábamos, intercambiábamos novedades y, sobre todo, bailábamos y bailábamos.

Cuando una milonga se va algo nuestro se va con ella y, como dice la canción “algo se muere en el alma” como la pérdida de un buen amigo. El posible regreso renovado será una fiesta de celebración cuando suceda como cuando ese amigo que no veíamos hace tiempo regresa inesperadamente.

Por otro lado, a finales del pasado mes de Junio recibimos una buena noticia, Noelia nos anunciaba un nuevo proyecto para practicar tango en Valencia, la Milonga Torta en CSOA l’Horta, al final de c/ Diógenes López Mechó, en el creativo barrio de Benimaclet y nos describía su proyecto como un “encuentro pluricultural transfeminista y cuir abierto a todes les que quieran bailar tango en un entorno cuidado, con veladas agradables llenas de charlas, abrazos y bailes consentidos". Esperamos expectantes el desarrollo una vez comenzado el nuevo curso tras el verano. Valencia siempre ha apostado decididamente por la diversidad en el Tango y les deseamos una feliz andadura.

Hola, Noelia. Hasta pronto Agustín y Maika





www.tangoenvalencia.es

 

Las fotografías son de Luis Orlando Martínez

sábado, 10 de junio de 2023

TANDAS

 


Durante los cinco años de mi participación en la Asociación Club Tango C.V. como miembro de la Junta Directiva surgió el debate con referencia a la conveniencia de no mantener la costumbre mayoritaria de programar cuatro tangos en cada tanda, aunque manteniendo los tres tradicionales en milonga y vals. La razón por aquellas fechas era que, siendo habitual la mayor asistencia de tangueras que tangueros a las milongas del Club, aquellas solían bailar menos que los líderes y por tanto, en tandas de tres tangos habría mayor cambio de parejas a lo largo de la noche, habiendo más posibilidad de bailar para ellas.

Hasta tal punto llegó el debate, iniciado a instancias de muchas asociadas y asociados, que la Junta estableció una norma entre los musicalizadores habituales (e invitados) de programar tandas de tres temas de tango, vals y milonga en nuestras milongas.

Esto, evidentemente chocaba con el criterio de otros tangueros y tangueras asociados o asistentes a los bailes, y no pocos musicalizadores, que preferían la tradicional costumbre rioplatense de cuatro tangos, tres valses y tres milongas cuando correspondía en cada ciclo.

Esta norma se cumplió durante algún tiempo. Más tarde, algunos musicalizadores programaron tandas de cuatro tangos no cumpliendo las normas del Club, imponiendo su propio criterio y la revisión del tema se tradujo en un cambio de acuerdo de la Junta, se respetaría el criterio del musicalizador, si bien se aconsejaría programar tandas de tres tangos. Se  daba así prioridad a la decisión del dj de turno aunque en la Directiva seguía predominando que lo mejor era programar tres tangos  y no cuatro. 

Actualmente desconozco si las normas siguen alguna línea determinada en este asunto, pero observo que los cuatro se han impuesto a los tres. Quizá entre los musicalizadores invitados hay rioplatenses que prefieren esta opción.

Se dice que el primer tema sirve para evaluar si la tanda presenta suficiente interés para invitar o aceptar la invitación, y los otros tres para conocer a la pareja, desarrollar todas las posibilidades con arreglo a las características de los bailarines y finalizar con la satisfacción de una tanda gratificante a la espera de la siguiente.

A mí personalmente nunca me ha preocupado este tema y, en todo caso prefiero que el musicalizador se sienta cómodo en su trabajo pues eso será seguramente importante para el resultado de la milonga. Sólo me preocupo en observar qué criterio sigue el dj en cada caso para saber si debo invitar en la primera pieza musical o puedo permitirme esperar a la segunda mientras escucho la música que se ha programado en la tanda en curso. Entiendo que invitar o ser invitado en la segunda pieza de una tanda de tres puede ser algo desconsiderado.

Creía que este tema estaba ya superado en Valencia, pero recientemente he vuelto a ver la reivindicación de las tandas de tres en algún foro tanguero local, con lo cual considero que aún se habla del tema.

Alguna amiga bailarina me ha comentado alguna vez que con algunos de nosotros las tandas de cuatro se le hacen “interminables” mientras que con otros de nosotros también se le hacen las de tres inapreciables. “¿Ya se ha acabado?” dice. Pues yo habría seguido.

Todo al final depende con el cristal con que se mire. O, bien, con el tanguero con quien se baile. Los líderes, hombres, conductores o proponentes, - como quiera decirse pues este es otro debate -estamos en una situación de privilegio al poder elegir generalmente en las milongas y las mujeres, seguidoras…etc lo están generalmente en desventaja. Así que yo creo que la opinión de ellas debería ser la más importante.

Pero, y ¿Qué opinión tienen los expertos? ¿Los profesionales del Tango?

He querido ir algo más lejos del debate local, aquí en Valencia y consultar algunas opiniones de webs profesionales de Tango que tratan en sus blogs este tema de las tandas y he sacado en conclusión que no difieren mucho de nuestros planteamientos.

En primer lugar, la totalidad de los consultados dan por hecho las tandas de cuatro tangos como lo más habitual, si bien admiten que en alguna milongas pueden ser tandas de tres y también que esto depende generalmente del criterio del musicalizador.

“Musicalizar una milonga no es nada simple y cada DJ brinda su propia sensibilidad y propuesta según el lugar, los bailarines, la pista…”

“Llamamos tanda una serie te temas en los cuales las parejas bailan durante la milonga. Por lo general incluye cuatro tangos, valses o milongas que las parejas siguen bailando juntos. Los temas que forman la tanda suelen tener un estilo similar”

“Una tanda es un conjunto de tangos, milongas o valses, generalmente agrupados de a cuatro temas de la misma orquesta, con un separador musical que puede ser de otro género, llamado: cortina. A lo largo de la milonga las parejas bailan diversas orquestas agrupadas en “tandas” y separadas por una “cortina” musical. Para el newmilonguero ortodoxo acérrimo, una milonga sin tandas de 4 temas de la misma orquesta y sin cortinas, no es milonga.” (https://tango21.info/de-tandas-y-las-cortinas/?lang=es)

“Y las tandas de tres temas para cambiar de pareja más a menudo?

Es una opción interesante, aunque yo no la recomiendo. Primero porque me gusta tener cuatro tangos para tomar el tiempo de invitar y bailar. También porque según el lugar y las costumbres locales, las parejas que empiezan a bailar al segundo tema se pueden quedar en la pista para la próxima tanda (por haber bailado solo 2 tangos). En este caso el resultado es inverso… En cambio para una milonga corta, puede ser útil para reducir los ciclos.” (https://www.el-recodo.com/tandascortinas-es?lang=es)"

“Las tandas de tango normalmente duran cuatro piezas; las tandas de milonga, que son más agotadoras, tres temas. Las tandas de vals también pueden serlo. Todo lo que el DJ decide hacer, es mejor si él se mantiene en su decisión. La mayoría de los bailarines lleva la cuenta, entonces ellos saben por dónde andan en la tanda.

El conservar un ciclo como éste da a los bailarines un mapa de la velada. Con tres temas por tanda, cada ciclo de seis tandas toma una hora; con tandas de tango de cuatro temas, el ciclo lleva alrededor de setenta minutos. Esta información también ayuda al DJ a planear la velada” (https://tangocenturion.com/ronda-tanda-y-cortina/)

“Cada DJ tenía y tiene su estilo de organización. Depende de la comunidad puede ser más flexible la cantidad de temas, a veces son tandas de 3 temas solamente para que sea más dinámica la milonga. Hay mucha influencia del musicalizador que anima con su música.” (https://tangocenturion.com/ronda-tanda-y-cortina/)

Concluyendo, en nuestras milongas se musicaliza con los dos criterios, las hay de cuatro y las hay de tres y con nuestros excelentes djs las bailamos todas. Eso no exime de los comentarios en pro, contra y neutros, como los míos.

Si quieres saber más sobre tandas puedes visitar este portal 

Si quieres opinar, puedes participar de nuestra encuesta: ¿Tandas de tres o de cuatro?

http://tangoenvalencia.es

____________________________

La imagen es de Luis Orlando Martínez

jueves, 12 de enero de 2023

EL TANGO SALÓN ES PARA BAILARLO

 


Hace ya bastantes años, cuando practicábamos bailes de salón, nos propusieron en la academia aprender un nuevo baile: el Tango. Desde entonces a él nos dedicamos con empeño pues era algo que siempre habíamos querido aprender y que demandábamos una y otra vez a nuestra profesora, sin mucho éxito hasta entonces. Así que nos sumergimos en un sinfín de figuras tangueras perfectamente coordinadas entre la pareja en coreografías interminables.

Un día que estábamos en la sala de baile habitual donde solíamos pasar muchas tardes de domingo practicando nuestros bailes de salón y compartiendo con nuestros compañeros de afición reparamos en una pareja de bailarines que veíamos allí por primera vez. No eran habituales del salón y seguramente habían acabado allí en busca de un lugar para pasar el domingo. Sonó un tango y antes de lanzarnos a la pista, esa misteriosa pareja comenzó a bailar. Inmediatamente abortamos nuestra intención de bailar ese tango y nos quedamos sentados ensimismados contemplando la ágil caminata tanguera de esa pareja, la elegancia de movimientos, la coordinación improvisada en cada momento, la adaptación a la pista de baile, sobre todo la actitud apasionada, el embeleso de ella y la firme decisión de él, el abrazo próximo que mantenían, las miradas cómplices… En ese momento comprendimos que debíamos buscar otra academia para aprender tango. No sabíamos que pronto el Tango iba a acaparar toda nuestra energía de bailarines, relegando los demás ritmos.

Con el tiempo llegamos a conocer a aquella misteriosa pareja con la que compartimos muchos tangos desde entonces en las milongas en las que coincidíamos, aunque no sé si les llegamos a informar de la importancia que tuvieron en nuestra elección.

A veces, cuando visitábamos la sala de baile de salón con nuestros amigos bailarines de siempre, alguno de ellos nos comentaba que el tango les parecía un baile soso, aburrido, en el que los bailarines ponían cara de ir sufriendo. En contraposición a los bailes de salón, sobre todo los latinos, toda energía, vitalidad, alegría y sensualidad. Y, claro, desde el punto de vista del espectador sí que puede parecer algo parecido a eso, sobre todo cuando las tandas son algo sosas aunque melodiosas y bellas, carentes de “tangazos” de las orquestas famosas que todos conocemos. Entonces te limitas a andar lentamente, como si flotaras,  e iniciar algunos tímidos giros, ochos y sandwichitos sin mucho ímpetu. Yo soy de la opinión que cuando bailamos en las plazas con el loable fin de difundir el tango y  atraer futuros practicantes de esta nuestra pasión, se deben elegir tandas llenas de vitalidad que den lugar a que el paso sea ágil, la música invite a giros enérgicos, y ¿por qué no?  “Ahora una corrida, una vuelta, una sentada; ¡Así se baila el tango... un tango de mi flor! “.

El tango de salón es mayormente para bailarlo. Para contemplar, mejor el tango escenario donde los pies  y piernas vuelan por los aires en piruetas increíbles y espectaculares.

A no ser que nos transmitan la pasión del tango.

Si hay algo que nos dijo que debíamos bailar tango al contemplar a la pareja misteriosa quizá no fueran las quebradas, corridas y sentadas, pero sí la elegancia, la pasión, la sangre que subía a cada compás.

Si alguien asiste a una muestra de tangueros bailando en una plaza, una estación, un bulevar, un parque,  tendrá que asistir a una muestra de pasión como con Tanturi y Castillo cuando nos dicen cómo se baila el tango: “Sintiendo en la cara/ La sangre que sube/A cada compás; /Mientras el brazo/ Como una serpiente,/ Se enrosca en el talle /Que se va a quebrar./Así se baila el tango!/ Mezclando el aliento, /Cerrando los ojos / Pa' escuchar mejor/ Cómo los violines/ Le cuentan al fueye/ Por qué desde esa noche/ Malena no cantó.”

Esa será la forma de transmitir la pasión que el Tango nos proporciona a la gente que, expectante, contempla nuestro abrazo milonguero y que quizá desde entonces se plantee aprender Tango.

http://tangoenvalencia.es

Imagen bailarines: Mike Dee

lunes, 29 de agosto de 2022

CARLITOS EN LA MEMORIA


En el año 2002 ya habíamos empezado a ser asiduos a la milonga del Club, en los magníficos salones del Hotel  Olympia, en Alboraya. (Antes habíamos visitado un par de veces el viejo Polit). Noche tras noche cada sábado cuando ascendíamos por las escaleras desde la recepción del hotel al área de los salones, aguzábamos el oído para saber dónde se celebraba la milonga en cada ocasión. Los acordes de un tango nos dirigían con la emoción a flor de piel hacia el salón correcto, y en la milonga siempre nos recibía Carlos Gracias. No había milonga sin ese recibimiento, y pronto comprendimos que Carlos era sinónimo de tango, de pasión, de emoción.

No recuerdo si fue en la primera o en la segunda, pero en alguna de las dos en todo caso,  cuando Carlos comenzó a recibirnos en pie, abandonando por unos instantes su puesto de portero, con un abrazo y un beso de bienvenida a cada milonga del Club. No valía de nada que insistiéramos en que no se levantara a nuestra llegada, sobre todo en aras a su ya avanzada edad. Carlos siempre nos demostró su cariño. Desde el primer encuentro.

Pronto supimos que era uno de los primeros socios de Club Tango Comunidad Valenciana y un personaje entrañable ya desde los tiempos heroicos de El Polit. Siempre con su estampa porteña impecable, con sus trajes, sus chalecos, camisas, corbatas y pañuelos a juego, elegantes sombreros…  Jamás vimos a Carlitos descuidado, siempre elegante, distinguido, amable.

Amaba su Buenos Aires al que iba tantas veces como podía. Y a su ciudad y a su barrio lo elevaba a poema: …”Los porteños somos nostálgicos, tenemos el amor de quedarnos contemplando el tiempo que se nos resbala de la mano gustando un cortado(… )Yo dije en alguna ocasión, que Buenos Aires comenzaba siempre en un sueño más o menos intenso; por eso, hoy, aquí, en Boedo, sobre la primavera porteña, me encuentro otra vez con algo que dejó Homero Manzi, y que repito como un salmo: “San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo. . . “

Carlos tenía la palabra fácil y el discurso fluido, así que tras meses asistiendo a la milonga del Club y oyendo de él la misma pregunta una y otra vez acerca de nuestra pertenencia a la sociedad del Club Tango no tuvimos más remedio que solicitarle formar parte de esta familia tanguera que después tanto placer nos ha proporcionado. Eso también se lo debemos a Carlos, a nuestro Carlitos.

Ciertamente estos últimos años han sido duros. Ha habido pérdidas muy queridas para nosotros entre esta familia de acogida tanguera. Ha sonado mucho “El adiós”. La barra antigua empieza a hacer de las suyas. Sirva mi recuerdo a Carlitos como el recuerdo de todos los que se fueron de nuestro lado.

El tango sigue y nosotros seguiremos sintiendo la emoción de los acordes de tango cada vez que nos aproximemos a la entrada de una milonga. Carlitos nos dejó su ejemplo en la milonga de la playa cuando el sábado nos dijo que volvería a la milonga el sábado siguiente. Seguro que habría vuelto de haber podido.

http://tangoenvalencia.es

lunes, 3 de enero de 2022

LOS ROLES


El otro día accedí casualmente, a la retransmisión del vídeo en directo “Miradas al Tango. Mesa 9” de la página de la Academia Nacional del Tango argentina en su página de Facebook (https://www.facebook.com/academianacionaldeltango/videos/1219641468523027) de las ponencias y posterior debate de cuatro tangueras, profesionales del tango unas y alumnas e investigadoras del CETBA otras, sobre el interesante tema  de los planteamientos de género y roles en el tango que tan de actualidad está ahora.

Seguí con atención las tres ponencias,

1. María Asunción Prado y Miranda Basso (Argentina) - El CETBA como proyecto institucional precursor de los planteos de género y roles en el tango

2. Aurora Lubiz (Argentina) - Reflexionando sobre el camino de la mujer en el tango

3. Natalia Fossati (Argentina) - Marcar se marcan las vacas. Modos de enseñar y la importancia del lenguaje en los discursos pedagógicos del tango a principios de los Años ´90" 

que básicamente hacían un repaso a la reciente historia de la lucha de tangueros y, sobre todo tangueras concienciados con la necesidad de “deconstruir” el tradicional planteamiento del baile del tango por roles masculino y femenino, avanzar y aún ir más allá  del replanteamiento de los roles de conductor/seguidor o leader/follower que tanto uso tiene en las convocatorias de muchos encuentros de tango internacionales y, sobre todo en los maratones de tango.

Desde distintos puntos de partida se describió la realidad histórica del baile del tango y  los pasos que, según la experiencia de cada ponente, se habían dado, se estaban dando y habrían de darse para avanzar hacia la igualdad de roles, cuando no hacia la abolición de roles y en todo caso hacia la libre elección de rol de cada uno de los practicantes de tango. Todo ello desde la premisa de la discriminación manifiesta de la mujer tanguera.

Conforme avanzaba el desarrollo de las ponencias, me esforcé en extrapolar lo que oía a mi propia experiencia de tanguero con más de 10 años de aprendizaje y 20 años de práctica. Y sí, coincidí con muchas de las aportaciones: comienzos clásicos de roles que se mantienen e incluso se resisten a cambiar, iniciativas de movimientos feministas y LGTBI más o menos combativos que fuerzan a que profesores y tangueros contemplen esta realidad, evolución lenta en la mayoría de territorios pero avances hacia la indiferenciación de roles, o al menos desde el planteamiento de género.

Mis clases siempre fueron las de “hombres aquí y mujeres acá”, la importancia de la marca del hombre en tanto que ésta sea fielmente comprendida por la mujer, etcétera.

Andando el tiempo, hace tan sólo unos pocos años,  comencé a ver en las milongas asistentes que practicaban los roles de conductor y seguidor siendo ambos del mismo sexo. Paralelamente a esto, parejas en las que la mujer conducía y el hombre seguía. Muchas veces como práctica de lo que acababan de aprender en su clase habitual de tango.  Tengo que decir que esto aceptado desde el primer momento como algo que se impuso de forma natural, si bien hasta la fecha también hay que decir que minoritariamente. Más adelante, conocí y asistí a algún evento específicamente “transgresor”, queer (entrecomillo porque este término ha sido incluido en alguna de las convocatorias por los organizadores y no tiene nada que ver con mi opinión). Constato, por último que considero enriquecedor esta dinámica, aunque yo mantenga mi rol de conductor, seguramente por lo tarde que supone en mi caso el aprendizaje del otro, o quizá porque sea el que personalmente prefiero.

Hay algunas cosas, sin embargo, de las que discrepo, al menos parcialmente. Todos sabemos que los comienzos del tango propiciaron la práctica entre hombres para suplir la carencia de mujeres y estar más preparados técnicamente cuando surgiera la ocasión de practicar con ellas, es decir, la asunción de roles en aquella época nacía de la pura necesidad. En la práctica de tango actual ha habido o aún hay también cierta carencia de hombres que aprendan o practiquen tango - cada vez menos, por suerte -, así que yo he visto a amigas tangueras aprender o desempeñar esporádicamente el rol de “conductor” con la sana intención de no permanecer sentadas más de la cuenta en la milonga. Este extremo creo que no se menciona.

Por otro lado, no creo acertado, en mi opinión, atribuir la “marca” exclusivamente a las vacas. Bien entendido que la ponencia desarrollaba la importancia del lenguaje en el tratamiento de roles. Ciertamente que la marca del tango no tiene nada que ver con esa marca – terrible para el animal – de las vacas. Sigo de acuerdo con mi profesor que una marca adecuada facilita el baile y ayuda a coordinar los movimientos de la pareja, sea quien sea el que marque y el que sepa interpretar adecuadamente esa marca. Y en todo caso, llámese de otra forma si ésta no se considera adecuada. 

En la ponencia se dice que el comienzo del cambio fue cuando el seguidor (tradicionalmente la mujer) comenzó a intervenir activamente en el baile aunque respetando la dinámica del mismo y dentro del tiempo que se marcaba, aceptando el juego de intercambios de “propuesta” y “respuesta”  y pasando después a planteamientos más progresistas en la actividad más autónoma de cada uno de los bailarines. Pero yo en esto último no consigo imaginar cómo podría resolverse la coordinación en el caso de máxima autonomía por parte de ambos, (base del Tango danza: dos bailarines, dos seres fundidos en uno que evolucionan al unísono). Creo por último y estoy plenamente de acuerdo con las ponentes que la evolución de la sociedad marca la evolución del tango de forma natural. Y naturalmente avanzará de forma desigual en las diferentes culturas. La lucha por este logro es necesaria, como lo es la lucha por avanzar en derechos de igualdad. También que la mejor lucha quizá sea la práctica diaria. 

Resumiendo, me resultó altamente instructiva y muy interesante, sobre todo en el avance hacia la comprensión de la visión que sobre el tango pueda tener la mujer y que todos deberíamos tomar en consideración.

_________________

Archivo: Hombres bailando tango en el río, 1904.jpg (Wikipedia)

http://tangoenvalencia.es


domingo, 24 de octubre de 2021

VUELVE LA MILONGA A VALENCIA

 





Este artículo es el que todo este tiempo anhelaba poder escribir. No voy a negar que estaba seguro que algún día podría hacerlo pero también que algunas dudas albergaba en una inquietante contradicción. Pensemos que antes de ahora las epidemias disponían de las vacunas correspondientes tras varios años de investigación y trabajo, y pronto desechamos la extinción espontánea de esta peste. Pero nuestros científicos se pusieron las pilas.

 Gracias a ellos, tras un año y medio de incertidumbre las milongas fueron poco a poco retornando como todos pronosticábamos. En un principio tímidamente, asociadas a las clases cuando pudieron empezarse y se les llamaron prácticas, con medidas covid y reserva para asegurar el aforo permitido.

Ciertamente no están todas operativas aún pero me consta que están trabajando para el reencuentro.

Podíamos constatar explorando las redes que en cada comunidad tanguera el proceso se ha desarrollado a distintas velocidades y Valencia no fue una de las más rápidas. Las medidas preventivas de la Comunidad Valenciana fueron muy garantistas con la vuelta a la “nueva normalidad” y los organizadores de milonga en Valencia prefirieron esperar.

Ha sido con la incidencia de la pandemia en riesgo bajo cuando el levantamiento de la prohibición de bailar ha desencadenado la apertura de las milongas.

El Encuentro Internacional de Club Tango ComunidadValenciana que se ha desarrollado del 8 al 12 de Octubre de este 2021 ha marcado esta nueva realidad. El viernes, coincidiendo con el inicio, la Comunidad estrenaba la nueva normativa. Las numerosas milongas que estos días hemos gozado nos han puesto repentinamente en contacto no sólo con nuestros amigos valencianos, sino también con los de otras varias comunidades y países. Hemos comprobado que nuestra actitud y habilidades habían quedado intactas tras tanto tiempo. Tras el Encuentro, la Milonga del Club ha empezado a abrir regularmente de nuevo.

Otras milongas ya habían empezado con el formato de práctica. Alguna de ellas con carácter esporádico o puntual y otras con regularidad. Varias se están resistiendo a abrir. Este largo periodo de inactividad sin duda ha de pasar factura y el tango en Valencia habrá de remodelarse hasta alcanzar nuevamente la cotidianidad que los tangueros queremos y necesitamos. En todo caso, es hora de abrir armarios y zapateros, cepillar pantalones, revisar camisas y vestidos y lustrar zapatos que han dormido el sueño de los justos tanto tiempo. Yo apuesto por que la moda no los haya condenado totalmente a la obsolescencia, dado lo clásico que el Tango sigue siendo.

No he pretendido abordar este esperanzador tema desde el punto de vista sentimental sino desde este otro de modesta crónica local, pero no puedo obviar que la emoción del regreso está presente en todos nosotros y lo expresamos tan pronto tenemos ocasión. El Tango tiene un indudable componente de ejercicio físico y mental, pero también de relación social que tanto necesitamos. Nos reencontramos en las milongas y nos abrazamos, nos felicitamos de estar ahí y, claro, sentimos la emoción de volver a compartir abrazos con tangueros y tangueras de todo el mundo.

A día de hoy podemos decir que la milonga ha vuelto a Valencia y que es hora de aprovechar cada segundo como si fuese el último; cada tanda como si fuera una comparsita final, sin postergar ningún abrazo, ninguna invitación, ninguna mirada. La milonga ha vuelto aunque ya no sea la misma.

http://tangoenvalencia.es

miércoles, 23 de junio de 2021

HEMOS VUELTO


Desde el diez de marzo de dos mil veinte venimos diciendo que “volveremos”. En nuestra web lo he ilustrado con catorce escenas seleccionadas de entre nuestras milongas para que no se nos olvidara y las llamé píldoras, no sé si en un vano intento de que sirvieran contra ese bicho tan molesto. Seis milongas virtuales se han convocado en Valencia para todos los que disfrutamos de esta pasión del tango porteño. El salón de casa la pista, qué remedio.

Tango para contemplar en los escenarios de Valencia. ¡Qué lujo!. Estábamos convencidos que todo pasaría, que retomaríamos la pista pero no sabíamos cuándo realmente. Todo se centraba en resistir. “El Tango siempre espera”,  decíamos.

Un año y medio por delante y este sábado pasado yo he vuelto a bailar tango en la milonga del Club, al aire fresco de levante de la Playa de la Malvarrosa donde tantos tangos he bailado. Todavía con precauciones a tomar, con mi mascarilla, con mi pareja y poco más - otros han cabeceado -. Pero algo es algo

Bueno, en realidad todo este tiempo de espera ha sido un imaginario de las condiciones del regreso. ¿Será lo mismo que fue? ¿Habrá euforia tanguera? ¿Estaremos todos de nuevo?

Al fin llegó el día, mejor la noche, en que podían esclarecerse algunas de estas inquietudes y sí, allí estábamos muchos de nosotros abrazándonos  fugazmente con las caras ladeadas y las mascarillas bien colocadas. Chocando los codos o las manos. “Unos prefieren sólo el codo y otros no les importa tender la mano” me dijo alguien. Y no, no estábamos todos. Aún no. Quizá la amenaza de tormenta de toda la tarde hubiese pesado en algunas deserciones, pero también el recuerdo de la pesadilla vivida hubiera podido influir. Alguno de nuestros queridos amigos sabíamos que ya no vendría. El drama en este tiempo está más que servido.

Percibí que había una mezcla quizá al cincuenta por ciento de felicitaciones por la vuelta y el comienzo de la normalidad  y por la precaución de no lanzar al vuelo campanas que pudieran desplomarse sobre nuestras cabezas después. Aún no está dominado,  el fantasma revolotea y es necesario seguir insistiendo. Todos lo sabemos.

Pero se bailó mucho y bien. La emoción del tango nos embargó a todos y la pista no estuvo nunca vacía. Los tangos se sucedieron cadenciosos, insinuantes, locos y las tandas se nos antojaban breves.  El dj disfrutaba viéndonos bailar al ritmo de sus selecciones.

Los organizadores de Club Tango Comunidad Valenciana estaban satisfechos, sus esfuerzos, dudas y quizá incertidumbre se había saldado positivamente.

Enseguida constatamos en nuestros breves contactos entre tanda y tanda que todo había resultado ser como si no hubiese habido tanto intervalo de forzosa inactividad. La normalidad, en efecto provoca que la mente se deshaga con rapidez de los malos recuerdos. El deseo colectivo de seguir adelante crea una capa de protección para que impida no disfrutar del momento. Muchos comentarios iban en el sentido de felicitarse por la situación favorable.

Esta “rentrée”,  como  la de la vuelta al cole (nervios incluidos)  había ido precedida de otras prácticas, pero creo que para mí al menos ésta era la oficial, el punto de partida de la temporada dos, como si de una serie se tratara. Constatamos que recordábamos cómo había quedado el suspenso de la temporada una y todos seguíamos el guion sin mayores problemas. La emoción del reencuentro, del abrazo. La pasión en ese giro, en ese corte. La noche, la arena que sonaba como grillos bajo los zapatos tangueros. Qué se yo. Volvemos fue la palabra más usada. Que nos quiten lo “bailao”.

http://tangoenvalencia.es

HOLA Y HASTA PRONTO

  A finales del recién pasado mes de septiembre, Maika y Agustín nos anunciaban con pesar el cierre de su milonga La Experimental en aras...