¿Me llevas o te llevo? Esta pregunta puede ser habitual en muchas de nuestras milongas y encuentros hoy.
El tango evoluciona lentamente, como la sociedad machista
que lo sustenta, pero evoluciona.
Ya lo expresé en el artículo en este mismo blog “Los roles”
publicado el 3 de enero de 2022
en el que comentaba el debate que habían
tenido en facebook las bailarinas
argentinas María Asunción Prado y Miranda Basso, Aurora Lubiz, y Natalia Fossati
reflexionando sobre el camino de la mujer en el tango. Allí decía:
“Desde distintos puntos de partida se describió la
realidad histórica del baile del tango y los pasos que, según la experiencia de
cada ponente, se habían dado, se estaban dando y habrían de darse para avanzar
hacia la igualdad de roles, cuando no hacia la abolición de roles y en todo
caso hacia la libre elección de rol de cada uno de los practicantes de tango.
Todo ello desde la premisa de la discriminación manifiesta de la mujer
tanguera.”
Por supuesto que esta evolución corre pareja a la realidad
social de cada momento, de cada territorio. Por un lado, la sociedad civil
demanda cambio de mentalidad que también absorbe al tango y que se adapta a los
nuevos tiempos, con estereotipos ya superados. La política entonces recoge
estas inquietudes y las traduce en leyes más permisivas y progresistas. Sin
embargo, hay sociedades que no evolucionan o al menos no tan decididamente
cuando no involucionan. En este último caso casi siempre a manos del poder
político de turno que pueda haber. La lucha por hacerse oir de los movimientos
queer está por tanto servida.
Pero el tango que podemos llamar queer no se circunscribe a la identidad de género, aunque los promotores más decididos sean colectivos o personas LGTBIQ, sino que va más allá, formando parte de la reivindicación femenina que mencionaba en la primera parte de este artículo y que era objeto del debate a que aludía, es decir, vivir el tango desde un rol no cerrado a una visión hetero, sino por el contrario a un rol abierto u “open role” como se anuncian muchas milongas y encuentros queer. La Wikipedia también aclara este concepto en su entrada: “Tango queer es una forma de bailar el tango rioplatense fuera de las normas y códigos heteronormativos. En el Tango queer se experimenta el intercambio de roles de género. Por lo tanto, son frecuentes parejas de baile del mismo sexo. El término queer, proveniente del inglés, designa en este contexto no solamente a la comunidad LGBT, sino también a todas las danzarinas y danzarines heterosexuales que se proponen bailar el tango sin que los roles estén fijos al sexo de quienes lo danzan. De esta manera se desarrolla una comunicación más abierta entre los bailarines.”( https://es.wikipedia.org/wiki/Tango_queer )
Cada vez más las academias y profesores de tango se animan a
programar cursos de aprendizaje de ambos roles: líder y seguidor. Entre otras
razones se alude a la mejor comprensión del baile del tango de ambos a través
del conocimiento del otro rol al que se ha practicado habitualmente. Por lo que
respecta a Valencia, actualmente están representadas todas las opciones,
enseñanza, milongas y encuentros.
En la web de tango queer de Madrid se sitúan los comienzos
de esta modalidad de tango:
“El tango queer actual es un movimiento internacional que
nació en Alemania y Argentina a finales de los 90, y que ahora se extiende por
todo el mundo. Hay clases y milongas de tango queer en Argentina, Uruguay,
Chile, México, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia, Alemania, Rusia,
Dinamarca, Francia, Italia, Portugal, Corea del Sur, Australia…y también en el
Estado Español, primero en Madrid (desde 2010), Barcelona (2012) y Valencia
(2012).”
En realidad, no sería necesario advertir con el término
“queer” la organización de un evento con estas características, puesto que en
la mayor parte de ellos puede asistir toda clase de bailarines que no están
obligados a desempeñar un determinado rol, sin embargo, es conveniente que se
haga saber que es en ese evento un objetivo importante conseguir el cambio de
rol de una forma natural. Por otro lado, hoy en cada milonga o encuentro al que
podamos asistir sin el término “queer” podremos ver parejas del mismo sexo, o con
roles no heteronormativo hombre – líder; mujer – seguidor.
Me imagino que existe distintas opiniones y puntos de vista a propósito de este tema, pero la observación del tango en España y en gran parte del mundo es la aceptación y tolerancia independientemente de nuestras preferencias personales.
Paradójicamente un baile que surgió de una concepción puramente machista, el tango porteño, evoluciona hacia la tolerancia con mayor firmeza que otras disciplinas que no lo fueron tanto en sus inicios. El tango es un reflejo de la sociedad y la sociedad por suerte se mueve por ahí. Esperemos que de una forma irreversible, visto los derroteros de sociedades desarrolladas que se han empeñado en volver a los armarios.
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Imagen: tangoenvalencia
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https://todotangoenvalencia.blogspot.com
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